domingo, 14 de agosto de 2011

Paseo al puerto

Un día precioso.

Hace sol, en la calle me cruzo con niños comiendo helados y gente haciendo footing sin camiseta. Las zonas de jardín están llenas de personas, jóvenes y adultos, solas o en grupos, riéndose y tomando el sol, o simplemente disfrutando acostados sobre la hierba con la bicicleta a su lado.

El viento levanta remolinos de miles de hojitas doradas que reflejan la luz y acaban cayendo en el Nidaros, donde las pequeñas olas cambian los tonos azulados de la superficie. Y mientras cruzo el puente hacia el puerto, vienen los olores de diferentes restaurantes, los únicos establecimientos abiertos...

Y llego al puerto.
No es un puerto grande, ni mucho menos, pero huele a mar. Y hay gaviotas, planeando estáticas sobre colchones de aire invisibles. Aquí el agua es más verde, más brillante, y las parejas de ancianos pasean entre los chasquidos salpicados de las cámaras de los turistas.

Tras doblar una esquina y pasar bajo un puente, llego a la parte externa del puerto, donde no hay nadie. Un poco más lejos, tres barqueros comen sobre las rocas de un rompeolas, más allá del fiordo se ve la costa oeste.
Al sur se alza una colina enorme con bosques, el cielo azul sobre ella, y, al norte, el puerto continúa...


Boreas.


2 comentarios:

  1. Que bonito Jens, me gusta esta entrada más poética y menos estrictamente-informativa ^^
    te envidio!

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  2. oooohhhh....esta entrada es más a tu estilo de fotolog jajaja...igualmente informativa...q bonito >_<

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